Los animales en esas circunstancias se vuelven salvajes, primitivos, motivados solo por el deseo instintivo de destruir, de vencer y de matar.
No importa las relaciones, ni los tiempos felices, ni que cuando eran inocentes cachorros jugaban y corrían juntos disfrutando del milagro de la vida, esa que cuando crecen quieren y necesitan arrancarle al semejante.
El mundo esta lleno de animales depredadores que necesitan alimentarse, de inocentes victimas y de los giros propios del destino, hoy comes, mañana serás comido.
No quiero que los animales dejen de alimentarse, no quiero impedir la evolución, no quiero ser animal, ni devorar a mis semejante, me niego a cantar triunfos sobre el cadáver de alguien que alguna vez en la vida, camino por donde yo camine, respiro mi aire y compartió mis olores.
Cuidado hermano, en las afueras de nosotros mismo esta reinando un animal.