martes, 16 de diciembre de 2014

EL REGRESO DEL VIENTO PLATANERO






Cuando hace calor en el caribe, hace calor, eso ya lo sabíamos desde el mismo momento en que nacíamos, por que se fue la corriente eléctrica que alimentaba los aires fríos de la sala de parto, pero no importa, nací igual, por que soy de un pueblo que sabe sobrevivir.
 El calor siempre fue pretexto para conversar y hacer nuevos amigos. Como esa tarde en que llegue al aeropuerto y me sorprendió el buen trato y el respeto a mi familia de ultramar. Y estábamos y ahora debía continuar con el encuentro, las gotas de sudor caliente venían conmigo desde la promesa y se quedaron a esperar por los besos y abrazos. Y así mismo fue.
 Todos quedamos atentos al destino, era agradable el reconocimiento de rostros nuevos y eternos:
 - que alegría, que maravillosa fiesta de calor.
 Entonces llego él, primero por las mejillas, siguiendo por  la frente y terminando con los peinados de ocasión. Vino a recibirme, pensé en voz alta:
 - No . el  siempre esta aquí, esperando a todos los hijos para recordarles el camino. Hablo la mayor del grupo familiar.
Nunca olvide el regreso, con migas o sin ellas, llegaría igual, pero le agradezco el recibimiento. El también es parte de nuestra historia y encontrarse es bueno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario