viernes, 14 de febrero de 2014

Y UNA NOCHE LA LUNA NO SALIO.

 Y una noche no salió la luna, estaba ebria, casi no podía mantenerse colgada por ella misma, la sostenían dos nubes rojas llenas de pecado. Esa noche no quiso  mirar el atardecer y eso que este, lloraba sin parar desde el día en que un hombre solo, se despidió del mar, mientras vomitaba todas las injusticias del mundo.
 No quiso salir y eso que el sol se lo pidió lleno de canela y con tres girasoles en cada rayo, lo hacia por que tenia una cita de amor oculto con una virgen antigua, que cubría su cuerpo con tatuajes hecho de café y extracto de azucenas. Para el sol fue una traición, y mas en el día de San Valentín.
 A ella no le importaba, solo quería ser invisible a la moral árida de comerciantes ávidos de fortunas.
  Esa noche, los que mas sufrieron no fueron los poetas, ellos se acostumbraron rápidamente a las insinuaciones de una linda tormenta tropical, hasta se colgaban al cuello imágenes de sus lluvias en forma de imanes de heladeras. De una forma u otra, las cosas, siempre se acomodan a los tiempos que corren. Casi todos se habían olvidado de la luna.
 Entonces decidí caminar, elevarme y llegar junto a su opaca luz, el olor que salía de su boca ebria, era tan fuerte como el de millones de peces muertos, era difícil acercarme, casi sin poder respirar logre con mi mano acariciar uno se sus cráteres, ella me miro de reojo, sonrió y se quedo dormida.
 El estar a su lado era duro y difícil , pero yo no podía olvidar, todas esas noches, en que embriagado hasta el infinito, ella, desde la noche, me daba una esperanza.

 

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